Soy de la generación X, probablemente la generación pre-digital. Recuerdo ver y usar los primeros ordenadores e, inclusive, programar en un monitor de fósforo verde comandos en “basic”.
Mis padres no eran unos visionarios a la hora de decidir que su hijo de 14 años dedicase tiempo a algo que no tenía ningún sentido para ellos y posiblemente ningún futuro. Mi generación jugócon las primeras videoconsolas del momento-en blanco y negro dos palos se movían de arriba abajo de la pantalla para que una bola hexagonal no se colase por una abertura en los extremos de la pantalla-.
En aquel entonces ir a casa de un amigo a jugar a la video consola o con un PC era perder el tiempo e inclusive ese amigo, era una mala influencia, pasar mucho tiempo con las maquinitas nos derretiría los sesos.
Pero hemos visto nacer internet y esta generación ha sido la gran impulsora de los cambios tecnológicos que hoy disfrutamos o sufrimos, depende de cómo se vea.Jamás pude imaginar que hoy todos esos conocimientos delante de una videoconsola o de una pantalla de ordenador pudieran tener más valor que unas horas de ocio.
Hoy podemos leer y ver cómo esto de jugar a la videoconsola se ha transformado en un oficio donde jugadores profesionales entrenan más de 14 horas diarias para convertirse en los campeones del mundo de League of Legends(LoL), con millones de seguidores (solo en España más 3,7 millones), en un sector en plena expansión donde los salarios pueden rondar entre los 1.500 € y los 5.000 € al mes “por jugar”.
¿Pero creemos que esto está vinculado solo al ambiente de los gammers?
El sector de la formación está en constate reinvención, muy exigido por la necesidad de innovar en metodologías de aprendizaje, y es importante que lo aprendido tenga retorno -y rápido- al puesto de trabajo, y las consultoras se rebanan los sesos en inventar o recrear situaciones que, a través de la vivencia por parte del alumno, genere ese aprendizaje que garantice el cambio.La gamificación parece ser la solución. Esa mezcla de juego y competencias está dando buen resultado.
Cada vez vemos más empresas que se dedican a implementar metodologías de gamificación en sus programas formativos.Hoy en España, de la formación impartida con fondos de FUNDAE, el 45% de la misma es distinta a la formación más tradicional, la formación presencial. Hace tres años esta modalidad formativa no llegaba al 25%.
Está claro que las empresas empiezan a necesitar y reclaman modelos formativos diferentes, y la gamificación lo es. La formación en un formato videojuego permite desarrollar las competencias a través de simuladores. No son habilidades técnicas, sino competencias profesionales o personales como la atención al cliente, el coaching, la gestión de conflictos o la productividad personal.
Cada día son más los departamentos de RR.HH. que consideran que la transformación digital forma parte indiscutible para una adecuada gestión del talento. Por todo ello, las nuevas tecnologías se están incorporado con nuevos sistemas, herramientas y metodologías que garanticen dicha conversión haciendo del “Learning by doing” una realidad palpable y medible.
Las ventajas son claras:
• Nueva manera de aprender: el aprendizaje pasa a ser algo entretenido, divertido.
• Estable e intuitivo: el usuario se relaja y gana en confianza y seguridad, lo que permite retener mejor lo aprendido.
• Mejora el nivel de compromiso: los programas con “gamificación” contribuyen a motivar al alumno, incrementando su nivel de esfuerzo.
• Basado en la práctica: el contenido es eminentemente práctico. El alumno aprende y domina mejor la habilidad al ponerla en práctica gracias a la generación de hábitos dentro de los entornos simulados.
• Crea equipo: al ser una experiencia compartida con otros usuarios, se eleva la resolución del alumno dentro del juego y permite incluir a una compañía entra dentro del programa independientemente del lugar donde se encuentre el alumno.
• Multidisposivo: esta tecnológica se integra a la perfección con nuestros Smartphone o con equipos más tradicionales como los portátiles u ordenadores sobremesa.
Nos espera un presente retador y,¿quién sabe? igual nos vemos quitando la videoconsola a nuestros hijos para entrenar nuestras habilidades como profesionales.
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