Este 2018 viene marcado en formación gamificada por dos tendencias.
La primera de ellas surge de la necesidad de formar online en ciberseguridad, a partir de los ataques cibernéticos sufridos en 2017. Las empresas, sin importar el sector o la envergadura, están tomando medidas para adaptarse a estos nuevos desafíos.
El Instituto de Ciberseguridad en España (Incibe) afirma que en nuestro país pasamos de recibir 18.000 ataques en 2014 a más de 120.000 en 2017.
¿Qué podemos hacer? Sensibilizar y formar a toda la plantilla sobre la importancia de esta materia en su día a día para evitar desastres como el de WannaCry, el ransomware que llegó a generar hasta 200 millones de euros en pérdidas y que penetró en los sistemas de sus víctimas a través de los equipos de sus empleados.
La segunda necesidad es una buena noticia para todos. Se está reactivando el mercado y las compañías comienzan a cuidar la acogida online de los nuevos empleados llevando a cabo proyectos de onboarding online.
¿Qué podemos hacer? Formar a las nuevas incorporaciones para potenciar su sentimiento de pertenencia, y que se identifiquen con los valores y objetivos de la empresa.
Para conseguir la certificación como Top Employers, se evalúan y auditan 600 buenas prácticas de Recursos Humanos en diferentes áreas (estrategia de talento, gestión del desempeño, desarrollo del liderazgo,..) y una de ellas es el onboarding a la compañía.
Para facilitar la implantación online de ambas tendencias (ciberseguridad y acogida), es fundamental aplicar metodologías online de gamificación que faciliten la implicación de los empleados y logren ese “engagement” tan deseado.
En realidad, deberíamos haber cambiado el título de este post y haberlo llamado “Realidades en formación gamificada” ya que no estamos hablando de tendencias como tal sino de necesidades reales y concretas con un efecto claro tanto a nivel de compañía como a nivel de empleado.
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