Las adicciones en el ámbito laboral suponen un problema importante para las empresas, ya que no solo inciden de forma negativa en el rendimiento, sino que también pueden afectar a las relaciones entre los compañeros y a los objetivos de la organización.
Algunas de las consecuencias más visibles de este problema son el absentismo, la disminución de la productividad, el mal clima en el trabajo o el incremento de las bajas por enfermedad y de la siniestralidad laboral. Sin olvidar la incidencia en la trayectoria profesional de los adictos, profesionales que, en muchos de los casos, juegan un papel importante dentro de la compañía y están cualificados para la toma de decisiones importantes que repercuten en la imagen de la empresa.
A la hora de abordar la adicción de un empleado, aún algunas empresas en España no lo plantean como un problema de salud, pese a que las adicciones son ya consideradas una enfermedad de salud mental según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Pero ¿cómo deben tratar las empresas las adicciones? Esta condición debe tratarse como cualquier otra cuestión de salud dentro del ámbito laboral, sin discriminación alguna. En este sentido, las empresas tienen mucho que aportar al problema de las adicciones, más allá de lo marcado legalmente, integrando voluntariamente políticas de actuación y prevención.
Los mecanismos de identificación del consumo de sustancias en la empresa son variados y la mayoría fácilmente observables: el incremento de incidentes y despistes, el alargamiento excesivo de los periodos de descanso, la ingesta de alcohol en las comidas o incluso sufrir efectos físicos, como una mayor sudoración o escalofríos. Es importante que los compañeros, sobre todo los mandos intermedios, tengan en cuenta todos estos factores para detectar el problema y no encubrirlos, convirtiéndolo en un tema tabú.
Pese a todo, es habitual que muchas empresas no actúen hasta que la adicción haya alcanzado niveles alarmantes. Entonces la cuestión que deben plantearse en este punto es qué clase de actuación se va a llevar a cabo. La empresa tiene potestad para sancionar a los trabajadores que mantengan en el trabajo una conducta poco profesional, como podría suceder a consecuencia de una adicción. Sin embargo, hay que tener en cuenta que las adicciones son y deben ser tratadas como una enfermedad crónica de salud mental. En consecuencia, en lugar de resolver el problema por la vía del despido u otras sanciones disciplinarias, como se puede pensar en algunas empresas, es preferible remitir al trabajador a los servicios de asesoramiento, para manejar de la forma más adecuada su enfermedad y poner en marcha un tratamiento de cara a su rehabilitación a largo plazo. De este modo, se estará aplicando una solución duradera y mucho más beneficiosa para ambas partes. En el caso de la empresa puede mantener a un trabajador en el que ha estado invirtiendo sus recursos, mientras que el trabajador evita una solución traumática que podría empeorar su situación.
En estos casos, es necesario contar con la colaboración activa del empleado en cuestión, algo que no siempre ocurre, y por ello es necesario facilitarla al máximo, de modo que el trabajador pueda expresarse con la empresa sin temor por su puesto de trabajo o por la pérdida de confidencialidad. Si el trabajador no colabora con el tratamiento, entonces procedería que la empresa adopte las medidas disciplinarias que considere necesarias.
Algunas organizaciones que ya disponen de programas específicos que incluyen medidas y protocolos de actuación, desde la identificación del problema hasta la rehabilitación y posterior reincorporación, consiguen abordar el problema de forma más estructurada. Normalmente, el proceso pasa por distintas fases: la detección de los casos de adicción, evaluación de las demandas de actuación, información y asesoramiento, oferta de tratamiento y posterior derivación a un centro especializado y reinserción laboral, una vez el adicto ha sido dado de alta.
La solución a un caso de adicción no se consigue mediante la aplicación de medidas disciplinarias sino mediante acciones de sensibilización. En este sentido, la consideración de las adicciones como una enfermedad crónica de salud mental es clave. De manera que una adicción deje de ser tratado como un tema tabú y empiece a ser una considerada una enfermedad más de la que buscar un tratamiento adecuado con el que trabajador y empresa se sientan cómodos.
Prevenir para evitar intervenir
A la hora de establecer un programa de actuación, la prevención es un elemento clave para tratar de evitar los posibles problemas que el adicto pueda causar y no estigmatizar esta enfermedad, sin que, a su vez, ello afecte negativamente al resto de empleados. La identificación precoz del problema y la motivación para su tratamiento debe ser un elemento fundamental previo a la detección y a la intervención, y para ello es necesario incluir en la empresa planes de formación e información en el campo de las conductas adictivas y sus efectos adversos en el trabajo. Estas formaciones deben realizarse fuera del ámbito laboral, preferiblemente acciones multiempresa, de forma que no se identifique la pertenencia del trabajador y este mantenga la sensación de confidencialidad.
2 comentarios en «Las adicciones, una cuestión de salud en el ámbito laboral»
Muy interesante. Desde DETECTO gestionamos programas empresariales sobre prevención y tratamiento de adicciones en el ámbito laboral. Desgraciadamente aún queda mucho por hacer, tanto desde la perspectiva legislativa, como en concienciación de los trabajadores y empresarios. La legislación ayuda en algunos sectores, como el transporte ferroviario o el de personas por carretera, pero aún así no hay unas directrices claras que ayuden mas a todos los implicados. Aún así hay que apostar por políticas de prevención en el ámbito laboral y hay que dar una salida terapéutica a los trabajadores y empresarios afectados.
Ojalá esto fuese una realidad, desde 21 de Junio de 2017 a 25 de julio de 2817, estuve ingresada en Triora Montealminara, tenia un problema de abuso de psicofátmacos y de calmante para el dolor, empecé a abusar a raíz de la presión laboral que sufro por tener bajas laborales derivadas de una Discapacidad mental, tengo depresiones recurrentes desde los 22 años, peto mi rendimiento siempre ha sido bueno, a pesar de las bajas que eran lo mas cortas posibles, siempre he cumplido los objetos anuales durante 16 años, nunca me han amoratado ni por falta de rendimiento ni por ninguna otra cuestión , nunca he tenido ningún conflicto con ningún compañero,.
Pero mi salud empeora y ahora me operan en 2 ocasiones, me quieren largar, y como no hay ningún motivo que lo pueda justificar, empiezan a presionar, aquí empiezo a consumir metilfenidato, para poder cumplir con las tareas que me exigen, vaya por delante que me lo receta el medico especialista de la Mutua, durante una baja, para que el cansancio y decamiento que sufro , mejore y pueda incorporarme a la mayor brevedad posible.
No me dice que son metaanfetaminas, sólo, que me extraño me llamó durante varios días para ver como estaba y si dormía. Y realmente no me afectó en nada.
Yo hacia mucho que no miraba lo que los médicos me mandaban, porque no quería saber si la medicación que mrecetaban, producía aumento de peso porque si no, no la tomaba.
Me obsesionaba mucho engordar y por eso no miraba el prospecto.
Pues a raíz de ahí cada vez consumo mas metilfenidato y ansioliticos, mi psiquiatría al que informo, me remite al CPD, donde iba a controles y citas y controlar en lo posible mi abuso.
Que pasa que mi Mutua es mi empresa y se enteran de mi problema, a partir de ahí sufro Acoso Laboral, y el director de RRHH dice abiertamente a un médico familiar mío, que trabaja en la empresa que NO QUIERE A NADIE EN LA EMPRESA CON ESE PROBLEMA.
Fue de tal magnitud el acoso, presión, amenazas, el 9/10 de 2017 Renuncio y el 16 de Octubre firmo un despido ? por movilidad geográfica, para encubrir mi renuncia.
En el día de la firma, me reconoce que llevan 2 años detrás mia pero no han podido cogerme en nada, que no hay motivos para el despido, pero que no me quiere en la empresa.
La persona que me acompaña no daba crédito.
Pero bueno, es muy heavy, yo ese día no firmo el despido.
Y me voy
Pero al día sus me llama el «abogado» y me convence que es lo mejor que puedo hacer, porque allí no debería volver.
Desgraciadamente, estaba tan mal, que le hice caso y fui a su despacho, porque le habían dejado el despido ,,,,para que lo firmara.
Lo firmo. Y me dice que no me a cobrar nada, me sorprende porque por visita cobra 300?.
A los 3 años me he enterado que la Mutua le pdespido 7% de mi indemnización si conseguía que firmase ese despido.
La afición a parte de ser un infierno personal, está estigmatizado, hay médicos que te tratan como un vicioso, y lasociedad ni te digo.
Yo la reconocí delante de mis amigas, hoy no tengo ninguna, he perdido hasta familia, hermana medico que me rechaza.
Pero gracias a Dr. Sanchez Menéndez, director de Triora Montealminara, empecé a saber lo que me pasaba y a dejar de odiarme, y a saber que se puede salir del consumo y convivir con la enfermedad.
No se lo podré agradecer nunca, y a mi psiquiatra de la SS, que siempre ha creído en mi.
Ahora nuevo trabajo, sin casi amistades, pero no me siento sola, porque ya puedo estar conmigo, y por supuesto mis custodios, mis padres, hermanas 2, y 2 amigas.
No se si alguien leerá esto, pero se sale, pedid ayuda.
Gracias.
Es muy importante la labor en las empresas. Mucho.
Nunca tuve ningún problema en la empresa derivado de mi adición, es mas, trabajaba como nadie, y no me perjudicada en otros aspectos.
Pero, está claro que no se pueden enterar de nada y mis visitas al CPD, centro provincial de drogodependientes, de las que entregaba justificante de Asistencia…. me sentenciado, además como no sabían cual era la sustancia, se especuló que era alcohólica, o tomaba otras sustancias…. Eso fue la campaña de difamaciones que utilizaron, es una actitud muy común en el acoso, a parte de todas las demás vergación, humillaciones que sufrí.
Lo cuento para dar testimonio. Todo está perdonado, y que Dios les bendiga, ha sido una lección de vida.
Eso si no quiero a ninguno en mi vida.
Bendiciones y lo mas lejos posible.
Un saludo.
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