Con la llegada de las fiestas navideñas, son numerosas las empresas y organizaciones que reúnen a sus empleados para celebrar la tradicional comida o cena de Navidad. Una tradición empresarial que viene de antaño y que convierte a diciembre en el mes por excelencia para las reuniones de los equipos de trabajo. Un buen momento, bien gestionado, para mejorar el sentimiento de equipo entre los trabajadores de la empresa.
En palabras de José Luis Ramos, consultor en políticas de RRHH de GM Integra RRHH, la cena/comida de Navidad es “ya un clásico en el “calendario anual” de las empresas. Esta costumbre tan arraigada en España, no tiene sin embargo una larga tradición en el tiempo, ya que podemos decir que se ha desarrollado fuertemente en los últimos 25 años. Desde la Dirección de la empresa se pide por lo general al Departamento de Recursos Humanos que dé a este acto el máximo “esplendor” en cuanto al lugar y el contenido, puesto que es el marco y fecha ideal, para compartir entre todos y con todos. Se ha de preparar muy bien en el fondo y forma, ya que lo que creemos que nos ayuda a cohesionar y fortalecer lazos entre los equipos puede ser un boomerang si no se hace con el tiempo, los medios y las personas adecuadas”.
La cena de Navidad de la empresa es una ocasión magnífica para que los trabajadores alternen en un ambiente distendido, fuera del ambiente habitual, pudiendo así mejorar sus relaciones profesionales. También es una oportunidad para que la empresa muestre su gratitud hacia ellos, con discursos motivacionales que empujen a mejorar de forma conjunta. Un momento magnífico para elogiar su trabajo.
La cena/comida de Navidad también debería reflejar la situación real de la empresa de cara a sus trabajadores y el momento en el que se encuentra. No conviene ser tacaños pero tampoco excedernos en los “festejos”; tiene que estar en consonancia con el momento que vive la organización.
Otra tradición importante para los empleados en este periodo del año, es la del regalo que reciben por parte de la empresa. Una tradición que con la crisis vino a menos, pero que la mayoría de las empresas no han perdido. Un momento estupendo para ser “amables” con los trabajadores y tener con ellos un detalle más para reconocer el esfuerzo y trabajo que realizan por el bien de la empresa. Según José Luis Ramos, el regalo de Navidad “ha evolucionado como lo ha hecho la sociedad, y tenemos muchos ejemplos de ello. En los años 80 y 90 los típicos “lotes” de Navidad que contenían botellas de vino, cava, conservas, turrones, etc. era algo muy arraigado y apreciado por el empleado y sus familias. Vemos hoy en día una diversidad y variedad de obsequios o acciones solidarias que van en línea con la realidad de lo que hoy representa una sociedad moderna y diversa. Si finalmente la Dirección de la empresa decide hacer una acción en ese sentido, es necesario que lo reflexione muy bien en cuanto a la propuesta a llevar a cabo y que ésta vaya en consonancia con los valores de la organización y del conocimiento de las personas que la componen”.
Pero no sólo la cena y el regalo de Navidad contribuyen a reconocer el trabajo de nuestros empleados en estas fechas; acciones ligadas a la conciliación familiar, en la que los niños tienen vacaciones escolares o hay muchos desplazamientos para disfrutar de estas fiestas en familia, o la flexibilización de los horarios y el teletrabajo, contribuirán a mejorar el sentimiento de orgullo de los empleados, y por qué no, de gratitud hacia nuestra organización.
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