Permítanme que cite esta frase tan manida que nos recuerda a cierto filme años sesenta, pero es completamente cierta: El turismo es un gran invento. Es un sector imparable que, según las previsiones que manejamos, aún no ha tocado ni mucho menos techo. Ahora que llega el calor, empezamos a hablar de cifras y, sobre todo, palparlas sobre el terreno.
Sin duda, prevemos más turistas, mayor ocupación y mejoras en los servicios que ofrecemos a nuestros visitantes. En España contamos con varios puntos de atracción que además no paran de crecer como destinos preferentes: el litoral mediterráneo y los dos archipiélagos están siempre a la cabeza de la elección de los destinos de los turistas extranjeros y nacionales. El año pasado, recibimos más de 75,6 millones de visitantes de otros países, y esperamos que esta cifra se supere en el 2017. Llegan, sin duda, atraídos por nuestro clima, paisajes, gastronomía y también por la calidad de nuestros servicios, fruto del esfuerzo inversor de los últimos años en la renovación y construcción de nuevas infraestructuras hoteleras apostando por la calidad y el máximo confort.
Vivimos un nuevo boom turístico fruto de la apuesta por este sector, que ha resistido a la crisis y ha sido decisivo para la recuperación del mercado del trabajo. Los datos aportados por el INE en el primer trimestre de este año ya son indicadores de las previsiones para el verano, con un incremento del 2,1% del número de trabajadores respecto a 2016, más de 2.800.000, lo que suponen casi el 13% del empleo total de la economía española.
Paralelamente, en hostelería se esperan crear 100.000 nuevos empleos este verano, con la diferencia que en la actualidad hay 1,7 millones de personas trabajando en el sector de forma continuada, cuando el año pasado eran 1,6, lo que demuestra que empezamos a notar la desestacionalización. Es decir, atraemos visitantes todo el año, no sólo en temporada estival, un factor muy importante que tiene su réplica en la estabilidad en los contratos de profesionales.
En estas previsiones al alza, tenemos mucho que aportar las compañías que nos dedicamos a la gestión integral de Recursos Humanos porque las personas son, sin duda, las que le dan el ‘plus’ de valor al sector turístico. Los sectores turísticos y de servicios se han convertido en los importantes motores para la creación de empleo en España y las empresas buscamos aquellos perfiles de profesionales que sean polivalentes, valorando el conocimiento en idiomas y las habilidades sociales, además de saber trabajar en equipo, con compromiso e implicación.
En las actividades turísticas, el factor humano determina lo que finalmente nos importa a todos: la satisfacción del turista. La capacidad de dar un buen servicio y las experiencias diferenciales que nuestro turismo tiene, obviamente, supone un impacto positivo en las empresas del sector, logrando la necesaria fidelización del cliente.
En definitiva, preservar la calidad de nuestro turismo y el servicio impecable de sus profesionales debe ser nuestra función. En España tenemos un filón y debemos conservarlo. Tengámoslo siempre presente.
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