El día ocho de marzo
se festeja, de la mujer, el día del trabajo
y no es por no celebrar,
pero esto es algo que se ha de acabar,
porque el trabajo en la mujer
una excepción no debe ser.
Y ha de ser vivido en igualdad,
con total normalidad y sin brecha salarial,
pues toda retribución o promoción
debe basarse en la aportación,
la de ella y la de él, pues esto es lo cabal
y lo que a las empresas hace avanzar.
Así que pongamos manos a la obra
que la desigualdad está de sobra
y al final, tanto monte, monte tanto,
Isabel como Fernando.
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