Hace unos días surgía la noticia del Pacto de Estado por los Horarios por parte de la Ministra de Trabajo Fátima Báñez. Y, los que llevamos algún tiempo implicados en estos temas de la conciliación y nos lo tomamos en serio, sabemos que la solución de imponer un horario, el conocido en Europa como ‘Nine to Five’ no es la panacea o, por lo menos, no como se cuenta.
Desde Fundación Másfamilia defendemos una racionalización de Horarios pero creemos que hay mucho más que aportar y aquí van cuatro argumentos al respecto:
1. En una jornada laboral “normal” trabajar de 9 a 5 implicaría hacerlo así de lunes a viernes todo el año. Es decir, deberíamos renunciar a la jornada intensiva en verano y los viernes. Se acabó el salir a las 15:00 ó a las 14:30 h. Y esto es así porque de 9 a 5 computaría 7 horas y 30 minutos de jornada diaria y al año hay que hacer entre 1750 y 1800 horas al año. No salen las cuentas.
2. Los atascos en las grandes urbes serían desproporcionados por la aglomeración de todo el transporte usado a la misma hora. Los expertos en movilidad aconsejan lo contrario: Alargar el intervalo de entrada y salida a 2 horas o más.
3. No todos los sectores podrían acoplarse al 9 a 5, como el del comercio, la sanidad, etc. Imponer un horario global sería el fin de algunos sectores de actividad.
4. No todo el mundo concilia entrando a las 9 a.m., ni tan siquiera todo el mundo con hijos. Existen muy diversas formas de organizarse en el ámbito de una familia. Hay quienes prefieren entrar más tarde a sus trabajos y dejar ellos / ellas mismos a sus hijos en el colegio, los hay que prefieren incorporarse muy pronto evitando atascos y pudiendo llegar a la salida del cole, a la ruta o por lo menos, al finalizar la primera extraescolar.
El ‘Nine to five’ es una opción y, como tal, nos ayuda a mejorar nuestro equilibro personal y labobal. Sin embargo, creemos que el reto está en apostar por el trabajo por objetivos, por premiar la excelencia y por flexibilizar.
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