Lo hemos vivido recientemente. Una gran corporación trataba de integrar y acercar a las áreas de servicio y soporte que trabajan transversalmente con el negocio de la compañía. Es un reto que afrontan muchas organizaciones. Un compendio de mensajes y presentaciones institucionales de los altos directivos hubiera sido ‘lo mismo de siempre’; una jornada de Team Building era una opción divertida, pero quizá no muy efectiva y sin el trasfondo necesario… ¿qué hacer entonces?
La opción elegida fue una jornada corporativa con un sentido e impacto social, una iniciativa novedosa que abre alternativas de intervención interesantes cuando se tienen entre manos objetivos similares a los citados. Se trata de un formato innovador en el que los profesionales participan en actividades que, aparte de trasmitir el mensaje deseado, generan un impacto social en materia económica y material para el ‘tercer sector’ (no gubernamental, voluntariado, ONG…). Es decir que los participantes realizan un trabajo que repercute en organizaciones solidarias de diversa naturaleza y que este trabajo además está relacionado en contenidos y actividades con la propia actividad empresarial de la corporación.
Fue una experiencia increíble contemplar la motivación y el entusiasmo con el que los profesionales se dedican a la elaboración, por ejemplo, de ‘hoteles para insectos’ (muy útiles en la reforestación de zonas devastadas) o la construcción y sembrado de banquetas de cultivo destinadas a centros de inserción social es muy reconfortante. También es sorprendente la creatividad empleada en la elaboración de un spot que anima a la adopción de perros ‘jubilados’ de las fuerzas de seguridad, y que se viralizó posteriormente en redes sociales
Obviamente, las actividades a realizar han de estar muy ajustadas a la realidad del negocio de la compañía, las intenciones y a los mensajes que se pretenda trasmitir. A su vez, cada una de ellas ha de tener como resultado un elemento tácito que una organización del tercer sector pueda aprovechar, y de este modo dar un sentido al trabajo que ha realizado cada uno de los profesionales involucrados. En este sentido, los participantes además toman contacto con personas representantes de cada una de las organizaciones beneficiarias y tienen la posibilidad de compartir inquietudes, dudas… e incluso establecer una colaboración a nivel individual a posteriori.
No es sencillo diseñar las actividades y alinearlas con contenidos y objetivos concretos. Hay que pensar, construir y movilizar para que la jornada sea realmente interesante. Si se consigue, el impacto es inolvidable por su sentido y originalidad y su naturaleza motivante y solidaria.
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