Sinceramente, alcanzar la empleabilidad no es sencillo, y en ocasiones, observamos una empresa o un trabajo determinado, como un reto lejano y difícil de alcanzar, como escalar una montaña.
¿Cuántas veces en nuestra vida personal hemos pensado en realizar un pequeño desafío?, subir un pico, lanzarnos en tirolina o hacer una determinada ruta de una dificultad media que tenemos cerca de nuestra ciudad, y más ahora, que nuestra sociedad fomenta la vida y cultura sana, y queremos sentirnos como Hugh Grant en la película, “El Inglés que Subió a una Colina y Bajó una Montaña”, el trabajo representa alcanzar esa pequeña cima.
Efectivamente, si toda actividad deportiva requiere de un determinado esfuerzo y preparación para superar el reto planteado, lo mismo sucede en el ámbito laboral, evidentemente no es sencillo acceder a un empleo, pero debemos poner todos los medios posibles para que nuestro acceso al mercado laboral se produzca en las mejores condiciones posibles, al ser un mercado cada vez más competitivo y exigente.
El ejemplo más claro de esta situación es Eduardo, un joven madrileño que hacía dos años, que había finalizado sus estudios como Técnico Especialista en Robótica. Habían sido años de mucho esfuerzo y trabajo, pero verdaderamente se sentía, al igual que muchos de sus amigos, como un NINI, y era feliz con esa situación, sin preocuparse de nada y dependiendo únicamente de sus padres, aunque veía claramente que el mercado laboral no demandaba un perfil como el suyo, sin la experiencia laboral precisa, y con un carácter tímido y poco comunicativo que no le ayudaba a encontrar trabajo.
De repente, un día decidió poner fin a esta situación y participar en unas charlas de orientación laboral. La persona que impartía los talleres, le dio unas claves que le hicieron cambiar su modo de pensar y ver la realidad de la sociedad actual y de las empresas que la forman.
La orientadora comenzó a trabajar con él aspectos relacionados con sus competencias profesionales, y para ello simuló una entrevista ficticia. Elaboró una oferta de una empresa del sector de las nuevas tecnologías, que precisaba de un profesional que pudiera desarrollar una web dinámica y participativa para uno de sus clientes.
La orientadora le formuló unas sencillas preguntas, como si fuera un candidato que se postula al puesto de trabajo, y le comentó que sus respuestas le darían las claves de donde estaba y hacia dónde deseaba ir.
1 ¿Cuáles son tus objetivos profesionales a corto, medio y largo plazo?
La respuesta de Eduardo fue trabajar en una empresa que sea puntera en el sector, y en la que pueda aprender y mejorar mis conocimientos.
2 ¿Prefieres trabajar sólo o en equipo?
Prefiero el trabajo en equipo, considero que los resultados son mucho más productivos si varias personas colaboran juntas, y no cada uno por su lado.
3 ¿Qué crees que puedes aportar, si no posees experiencia profesional?
Ilusión y ganas, ya que considero que contarían con una persona con gran interés en trabajar y muy motivada.
4 ¿Consideras que es necesario realizar formación de postgrado para mejorar tus competencias profesionales?
No sé, si hubiera algún curso interesante, me podría plantear hacerlo.
Eduardo contestó a las preguntas planteadas, y la sensación que percibió la orientadora fue clara, no era consciente de la realidad del mercado laboral, por ello le explicó las claves de lo que representa la empleabilidad hoy en día:
“En todo proceso de reclutamiento y selección se debe escoger a la persona más adecuada, y que más se ajuste a las necesidades del puesto de trabajo y de la organización.
Pero, una persona si quiere acceder a un puesto de trabajo, no solamente necesita de esa formación previa, sino que también debe tener las habilidades y capacidades adecuadas para desarrollar con éxito su actividad profesional.
Y te preguntarás, ¿Cómo puedes obtener esas habilidades?
Pues muy fácil Eduardo, si quieres tener una plena empleabilidad, tienes que formarte adecuadamente, y esto te lo garantiza la formación de postgrado en los puntos débiles que quieras mejorar, por ejemplo en tu caso, careces de habilidades de comunicación y formación especializada en tu sector.”
Pero este planteamiento no sólo es aplicable a los casos de jóvenes que como Eduardo, carecen de experiencia laboral y acceden por primera vez a un puesto de trabajo, sino que es una obligación de todo trabajador, desde el nivel de cualificación más bajo al más alto, TODOS DEBEMOS MEJORAR NUESTRAS COMPETENCIAS, ya que el término competencias y aprendizaje van unidos.
Sólo a través del aprendizaje se pueden modificar las competencias de una persona, y estos comportamientos o conductas te acercarán a un mejor rendimiento en tu puesto de trabajo, y que la empresa te perciba como un candidato válido.
Por tanto, todos debemos formarnos continuamente para poseer las competencias concretas que demandan las empresas, ya nos encontremos en búsqueda activa de empleo o seamos trabajadores en activo, por esta razón, te recomendamos NO DESCUIDAR TU FORMACIÓN DE POSTGRADO!!!
Alberto Cuervo Rodríguez
Profesor del Área de Gestión Empresarial y Recursos Humanos de Bureau Veritas Centro Universitario, y Director del Master en eLearning y Tecnología Educativa.
Sandra Chacón Álvarez
Psicóloga, Orientadora Laboral y Especialista en Recursos Humanos
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