El desempleo juvenil es uno de los grandes problemas de la sociedad actual. Según Naciones Unidas, llegará a los 71 millones en el mundo este año solo entre los jóvenes entre 15 y 24 años. Efectivamente, la falta de empleos para recién graduados y jóvenes profesionales es una realidad, pero nos atrevemos a afirmar que el verdadero problema es la falta de capacitación profesional.
Los próximos 15 años serán decisivos para las empresas a la hora de construir y mantener una fuerza de trabajo capacitada. Sus empleados de más edad se irán retirando y necesitarán talento joven y fresco que tome el relevo. Y aunque las conclusiones de Naciones Unidas sugieren que hay muchos potenciales candidatos para elegir, una parte cada vez mayor de la juventud sencillamente no cuenta con las habilidades requeridas en el mercado laboral actual.
Las empresas deben empezar a reorientar sus estrategias de empleo antes de que sea demasiado tarde. Es fundamental poner en marcha un marco de trabajo y unos procesos eficientes para que los empleados con experiencia pasen el conocimiento a los más jóvenes (sin ir más lejos, según un reciente estudio de McDonalds los empleados que trabajan en un entorno multigeneracional son un 10% más felices que los que trabajaban con un grupo de compañeros de edad similar). En los próximos años se impondrá la necesidad de incorporar a estas nuevas generaciones de trabajadores y ayudarles a formarse dentro de la compañía, de forma que puedan construir su propia capacitación profesional. Herramientas como recursos para compartir el conocimiento, autoservicio de información o iniciativas de mentoring, entre otras, les ayudarán a ser más eficientes y a estar más comprometidos con la compañía.
Porque no sólo cuesta encontrar a las personas más capacitadas para un puesto, sino lo que es peor: a las empresas también les cuesta retener el talento una vez que ya las han encontrado. Aunque factores básicos, tales como el sueldo y otro tipo de beneficios siguen siendo claves para ello, no debemos pasar por alto otros factores significativos como el reconocimiento, la comprensión y definición de su rol o su contribución personal a la empresa y la oportunidad de trabajar y colaborar en proyectos interesantes.
Quiero conocerte mejor
Las empresas tienen que esforzarse más en conocer mejor a sus empleados, tanto o más que a sus clientes, para comprender qué les motiva y qué les hace estar más comprometidos con la compañía. Parece claro que los empleados quieren trabajar para organizaciones responsables que demuestren unos valores sólidos, pero la pregunta es, ¿en las empresas que dan prioridad a esos valores, quedan éstos reflejados en el compromiso con el empleado y con la retención del talento? Parece que sí: el 97% de los Best Workplaces tienen una serie de valores que giran alrededor de todo lo que hacen y que se atribuyen al éxito del negocio. Por otro lado, otras muchas empresas se están quedando cortas y sus valores parecen poco más que buenas palabras, lo que puede producir el efecto contrario.
Según el estudio Oracle Simply Talent el 31% de los empleados asegura que trabajar para una empresa honesta y única es importante para mantener el compromiso. Entre los valores fundamentales que los empleados quieren ver reflejados en sus organizaciones, se observan: la confianza (53%), la honestidad (50%) y la equidad (46%). El estudio arroja otras conclusiones sobre cómo afecta el rendimiento a niveles cada vez más altos de compromiso. El 56% de los empleados afirma que cuando se les motiva, su productividad mejora. Otro 37% asegura que será menos activo en la búsqueda de un nuevo empleo si esa motivación existe. Sin duda, unos datos que los equipos de Recursos Humanos deberían considerar teniendo en cuenta que algunas capacidades y perfiles de empleados están muy demandados y los costes de personal representan un gran porcentaje de los gastos. En este sentido, la tecnología es un importante aliado para ello, y ayuda a que los empleados se sientan más a gusto, los procesos sean más eficientes y toda la plantilla participe activamente en el negocio.
Como conclusión podemos decir que las empresas deben adoptar un enfoque más integral en la forma en que captan e involucran a sus empleados, y eso sólo se puede lograr conectando la estrategia con la cultura, los objetivos con el compromiso y los valores con acciones.
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