Diseñar y llevar a cabo una política de recursos humanos orientada a conseguir que las personas aporten lo mejor de sus capacidades profesionales en la empresa es determinante para garantizar su buena marcha y evolución.
Los departamentos de recursos humanos llevan décadas utilizando herramientas tecnológicas para conseguirlo. Los sistemas de gestión de recursos humanos sirven para optimizar la gestión de todos los procesos en los que trabajan los departamentos de recursos humanos. Manejar información detallada útil para agilizar todas las tareas propias de este departamento: el ingreso de las personas en la empresa (procesos de selección y contratación); la distribución de las funciones dentro de ella (análisis de responsabilidades y diseño de cargos); los sistemas de compensación a establecer (remuneración y programas de incentivos); la adquisición de conocimientos y habilidades (planes de formación, e-learning); la supervisión de las condiciones de trabajo (seguridad, higiene, relaciones laborales) y, finalmente, los métodos de evaluación del rendimiento.
Como sucede con otras soluciones tecnológicas, gracias al cloud computing empresas de cualquier tamaño pueden ahora utilizar este tipo de herramientas sin tener que albergarlas en sus propios sistemas. El abaratamiento de costes ha hecho aumentar significativamente el número de compañías que dispone de plataformas para vehicular su política de recursos humanos e incluso hacerla prospectiva. Las herramientas que las integran pueden facilitar desde la puesta en marcha de un portal para el empleado donde pueda actualizar sus datos personales o consultar su nómina hasta la elaboración de análisis complejos que determinen los departamentos a crear en el futuro y quién podría ocuparlos.
Movilidad y conciliación, claves para conseguir un buen engagement
En combinación con el uso extensivo de dispositivos que posibilitan la movilidad, mejoran la conectividad y agilizan el acceso a información empresarial desde cualquier lugar, los sistemas HRMS permiten establecer modelos de trabajo más flexibles y abiertos. Estos brindan a las personas y equipos de trabajo la posibilidad de organizar mejor su tiempo, evitándose las jornadas interminables y/o los picos de estres excesivo. En última instancia, implementar estos modelos abiertos favorece algo tan importante para las personas como la conciliación de su vida laboral y personal.
Disponer de tecnologías para organizar bien el reparto de tareas, supervisar su cumplimiento periódicamente y alertar sobre posibles incidencias (bajas, ausencias) ayuda a implementar estos modelos flexibles de trabajo reduciendo las probabilidades de que se produzca una merma de la productividad derivada de la dispersión. A esto se han de sumar, como es lógico, medidas de seguridad adecuadas.
Todo ello no ha de hacer perder a las empresas el foco sobre lo más importante: disponer de tecnologías avanzadas no garantiza de por sí una buena gestión de los RR.HH. Lo fundamental es utilizarlas para conseguir que toda la plantilla de la empresa se alinee con sus objetivos porque se encuentra a gusto en ella.
En ese sentido, lo mejor para garantizar tanto la seguridad como la productividad pasa por valorar el esfuerzo cotidiano de las personas y atender a sus demandas, tener en cuenta sus aportaciones, establecer sistemas de incentivos adecuados, etc. Si los trabajadores perciben que existe una relación directa entre el crecimiento de la compañía y su progreso dentro de ella su rendimiento mejorará, lo que siempre termina por traducirse en beneficios para la empresa, tanto cualitativos como cuantitativos.
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