Transformación, digitalización, conectividad, nativos digitales, nuevas generaciones, movilidad, teletrabajo, disrupción, nuevos entornos, convivencia de 4 generaciones distintas, cambios de comportamientos, experiencia consumidor, movilidad… Estas son algunas de las palabras más pronunciadas en los últimos 5 años, sin olvidarnos por supuesto de la tan nombrada crisis.
Es decir, nuestro mundo está cambiando. Las organizaciones necesitan estar preparadas para el cambio que está experimentando la sociedad. Las nuevas tecnologías nos imponen, a la vez que nos posibilitan, una nueva forma de conectar con el consumidor, con el cliente, con los empleados. Es decir la digitalización es ya un hecho en gran parte de las empresas.
Otro cambio importante interno que estamos viendo es cómo cada vez más las empresas apuestan por ser organizaciones más abiertas y planas y por desarrollar una comunicación más fluida y transparente que posibilite el desarrollo de la creatividad, la innovación y el riesgo.
En España las empresas durante los años de la crisis han pasado por procesos de reorganización, han buscado nuevos mercados, han logrado mejorar la productividad y todo ello a la vez que se adaptaban al nuevo entorno que las nuevas tecnologías les proporcionaban. Y podemos decir que muchas ya están en pleno proceso de cambio.
Por supuesto cualquier cambio que se pretenda pasa por la gestión de personas. Se ha abierto un nuevo ciclo en la gestión de los recursos humanos. Hay que buscar y desarrollar nuevos líderes, perfiles distintos y nuevo talento que ayude y potencie ese cambio necesario. El talento deja de ser local para ser universal. Incluso organizaciones muy endogámicas empiezan a mirar mas allá y comprueban que existen perfiles de otros sectores y fuera de sus fronteras que pueden aportar y ayudar al cambio que se necesita. Esto ayudará, sin duda, a la multiculturalidad.
La gestión de la convivencia multi-generacional en las empresas será otro desafío importante en los próximos años, que implicará combinar las competencias, actitudes y modos de trabajar diferentes de cada generación y tratar de sacar lo mejor de cada una de ellas. En una década, la mitad de la población trabajadora no tendrá un contrato laboral al uso, y las generaciones más jóvenes serán un colectivo de talento multicultural, acostumbrados a trabajar en inglés y sin un plan de carrera en un sólo país. Fidelizar a este talento también va a implicar “humanizar” más las empresas, ya que para ellos su tiempo libre y la posibilidad de conciliar será muy importante. En este sentido, la posibilidad de tele-trabajar, de conectarnos desde cualquier lugar, de mantener reuniones virtuales con gente de cualquier parte del mundo, está ya aportando facilidades para los trabajadores, y una ventaja competitiva como empleador a todas aquellas empresas que lo practican.
Se abre por tanto un cambio de ciclo apasionante, en el que la gestión del talento en las organizaciones será crucial para garantizar el éxito.
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