Algo tan sencillo como elegir película, reservar la entrada y disfrutar de ella en un momento de ocio, puede ser un proceso muy complejo para cerca de tres millones de personas que, en nuestro país, presentan problemas auditivos de distinto tipo y grado.
Encontrar películas subtituladas es, a veces, misión imposible. Asimismo, salvo contadas experiencias, las salas no disponen de recursos de apoyo a la audición, como sistemas de bucle magnético,que permiten a los espectadores con sordera poder seguir la proyección a través de sus prótesis auditivas.
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